16. Eldest - Christopher Paolini

¡Hola lectores!

En esta ocasión les traigo la continuación de la saga Inheritance, de Christopher Paolini. Eldest, me resultó, en varios aspectos, más interesante que el primer libro.

En su segunda entrega, no solo seguimos las andanzas de Eragon, sino también las de su primo Roran, quien regresa a Caravahall tras la huida de Eragon. Allí, se topa con su hogar reducido a cenizas por los Ra’zac y con la muerte de su padre. Incapaz de comprender lo sucedido y colérico con su primo por haberlos abandonado a su suerte, Roran decide que él debe pagar por la desgracia que cayó sobre la familia. Si bien no sabe de la existencia de los dragones, intuye que ese mal fue provocado por aquella extraña piedra preciosa. Como si fuera poco, mientras intenta reunir el valor para pedir la mano de Katrina, la hija de Sloan, el carnicero del pueblo y uno de los personajes más detestables de la historia; se enfrenta, también, a la amenaza del Imperio: si no se entrega, la aldea entera será condenada a la esclavitud y la muerte. Ante estas circunstancias, Roran asume el papel de líder y protector de los aldeanos, guiándolos hacia un futuro incierto pero esperanzador.

Realmente disfruté mucho de las desventuras de Roran y los habitantes de Caravahall. Fue un respiro refrescante de la trama Eragon-centrista y su incansable lucha contra el Imperio. Aunque también acompañamos al protagonista en su entrenamiento como Jinete, guardianes de la paz entre enanos, elfos y humanos. Esta antigua orden fue destruida por Galbatorix, quien sedujo a trece Jinetes, los Apóstatas, para que traicionaran a los suyos, asesinaran a su líder, Vrael, y lo ayudaran a erigirse como rey absoluto de Alagaësia. El tiempo apremia para Eragon, y lo que debería llevar años de estudio debe resolverse en apenas meses. ¿Les sorprende? Una vez más, un muchacho común alcanzando proezas extraordinarias.

Ahora bien, confieso que el inicio volvió a costarme; creo que es un tema de la pluma de Paolini, que no termina de engancharme en los primeros capítulos. Para peor, Eragon me irritó más que nunca, mientras que Roran me pareció un personaje mucho más atractivo y con peso propio. Aun así, Paolini vuelve a redimirse con sus finales: atrapantes, bien construidos y con ese giro justo que deja con ansias de leer lo que sigue. Sospecho que esta es su fórmula, lo confirmaremos con la siguiente entrega. Ahora deberé soportar su cansino a cambio de la recompensa de leer el final, a cambio de esos desenlances que tanto disfruto.

Sin nada más que aportar,

¡Hasta la próxima entrega y buena lectura!

-------------------------------

Hi readers!

This time I bring you the continuation of the Inheritance saga by Christopher Paolini. Eldest turned out to be, in many ways, more interesting than the first book.

In this second installment, we don’t just follow Eragon’s journey, but also that of his cousin Roran, who returns to Carvahall after Eragon’s escape. There, he finds his home reduced to ashes by the Ra’zac and his father dead. Unable to comprehend what happened and furious with his cousin for abandoning them to their fate, Roran decides that Eragon must pay for the tragedy that has befallen their family. Although he doesn’t know about the existence of dragons, he suspects that this evil was brought upon them by that strange blue stone. As if that weren’t enough, while he tries to gather the courage to ask for Katrina’s hand—the daughter of Sloan, the village butcher and one of the most detestable characters in the story—he must also face the threat of the Empire: if he doesn’t surrender, the entire village will be condemned to slavery and death. Under these dire circumstances, Roran steps up as leader and protector of the villagers, guiding them toward an uncertain but hopeful future.

I truly enjoyed Roran’s struggles and the plight of the people of Carvahall. It was a refreshing change from the Eragon-centered storyline and his endless fight against the Empire. Of course, we also follow Eragon in his training as a Rider, guardians of peace among dwarves, elves, and humans. This ancient order was destroyed by Galbatorix, who lured thirteen Riders —the Forsworn— into betraying their own, murdering their leader, Vrael, and aiding him in crowning himself as the absolute ruler of Alagaësia. Time is short for Eragon, and what should take years of study must instead be learned in mere months. Surprised? Once again, an ordinary boy accomplishing extraordinary feats.

That said, I have to confess the beginning was once again a struggle for me; I think it has to do with Paolini’s writing style, which doesn’t quite hook me in the early chapters. To make matters worse, Eragon irritated me more than ever, while Roran felt like a much more compelling and well-rounded character. Still, Paolini redeems himself with his endings: gripping, well-constructed, and with just the right twist to leave me eager for the next book. I suspect this might be his formula—we’ll see if the next installment confirms it. For now, I’ll endure the sluggish start in exchange for the reward of those finales I enjoy so much.

With nothing more to add,

Until the next installment, and happy reading! 📚